El
Huerto escolar, especialmente en
primavera, nos ofrece una experiencia
sensorial inigualable. Nos permite tocar y sentir la tierra con las
manos, recrearnos mirando como el agua se cuela y la humedece, las plantas nos ofrecen una
fiesta de olores y colores. En él podemos experimentar
y descubrir cosas nuevas, entender las
relaciones que tenemos con el mundo vegetal, respirar aire fresco, observar y percibir los cambios de las estaciones… en suma: disfrutar
de la vida y la naturaleza.
Buena
muestra de ello es esta experiencia: Un jardín en mi botella. En la que con unos pocos elementos: “botellas de plástico para reciclar, plantas con flores, utensilios
de huerto, agua y…. nuestras
manos en la tierra “ hemos puesto en práctica todo un universo de
sensibilidades y vivencias creativas, desarrollando actitudes de colaboración en el
grupo, hábitos de cuidado hacia las plantas y de
responsabilidad medioambiental.
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